Por estas horas reina en el ambiente del básquet nacional, especialmente en Santiago del Estero, una expectativa sin comparaciones. Y es este sábado, a partir de las 18 y en el Templo del Rock, la Asociación Atlética Quimsa será protagonista de una jornada histórica al chocar frente al San Pablo Burgos por la Final de la Copa Intercontinental 2021.
El elenco de Liga ACB llega a tierras argentinas como el campeón de la última Champions League en su versión europea, tras haber batido en la final al AEK griego por 85-74. Precisamente fue en la ciudad de Atenas donde el conjunto español, refundado hace apenas cinco años, dio la sorpresa ante el local y se llevó su primer título internacional. Por su parte, desde la mágica noche del pasado 30 de octubre en la que se impuso al Flamengo para adjudicarse la Champions League, la Fusión viene palpitando lo que será el partido más importante desde su creación, en 1989. Aguardando una oportunidad única, el capitán Mauro Cosolito dialogó con Prensa CABB para contarnos sus sensaciones.
-¿Es el partido más importante de tu carrera?
-Sin dudas. Es el partido más importante en la carrera de cada jugador de Quimsa. Personalmente, lo siento como un desafío enorme, algo soñado. Es la posibilidad de medirse contra un equipo de ACB y ver dónde estamos parados. Ojalá podamos hacer un gran partido.
-En líneas generales, ¿qué saben del San Pablo Burgos?
-Conocemos su intensidad y la gran realidad de sus jugadores. Sabemos que son muy atléticos, pero también un equipo ordenado y prolijo. Estamos al tanto de su calidad técnica y táctica, y desde hace días empezamos a estudiar detenidamente sus jugadas. Somos conscientes de que necesitaremos estar al 100% en todos los aspectos para poder competir y ganar. Creo que imponiendo un partido defensivo, sin dejarlos jugar libremente y marcando nuestro ritmo, podemos hacer un gran papel.
-¿Cuáles crees que son las claves para que Quimsa pueda llevarse el título?
-Será fundamental intentar manejar el ritmo del juego, estar ordenados y tomar buenos tiros para no sufrir el contragolpe. Si queremos ganar, la disputa por los rebotes deberá quedar de nuestro lado, tendremos que defender concentrados cada acción y no permitir que se sientan cómodos en la cancha, porque de esa manera no tendríamos ninguna posibilidad.
-¿Crees que, por presupuesto y jerarquía de competencia, ellos son los candidatos a llevarse la copa?
-Sin duda alguna. En esta competición siempre ha quedado evidenciada una diferencia en la calidad de ejecución. Incluso, el hecho de que puedan contar con 12 jugadores mayores es un plus importante. Pero nosotros tenemos un buen equipo y con nuestras armas vamos a tratar de luchar para que la copa quede en Argentina. Particularmente, he jugado con muchos compañeros con pasado en Liga ACB, y siempre se nota que están un paso adelante, que poseen una calidad y una jerarquía de otro nivel.
-¿En cuanto a la preparación del juego, en qué se diferencia una final de un partido de Liga o de Copa?
-En principio, es importante entender que cuando la pelota inicial vaya al aire, los dos equipos tendremos las mismas chances de ganar. La preparación emocional es imprescindible en esta instancia, porque sabés que ganando un partido podés alzar un título, que es el partido de tu vida, que debes ir a cada pelota como si fuera la última. No hay espacio para malas caras ni reproches, sino para simplemente jugar y enfocarse siempre en la próxima pelota. Con esta clase de rivales que no perdonan los errores y te obligan a estar concentrados el juego entero, la preparación es clave. Estamos mentalizados, enfocados en hacer bien las cosas, en reconocer por dónde quiere el entrenador que pase el juego, y en cumplir las reglas tácticas con la mayor efectividad posible.
-¿Qué les dice el DT Sebastián González respecto de la parte anímica?
-Internamente nos planteamos que es un juego para disfrutar, porque no se llega a una Final Intercontinental todos los días. Por supuesto, ansiamos profundamente poder llevarnos el partido, pero también hay cierta parte de goce que queremos transmitir como equipo y como club. Si bien hoy están todos los ojos puestos en nosotros y nuestra responsabilidad con el plan de juego será total, estamos tratando de disfrutar el camino para que no sea un momento sólo de exigencia. Nos cruzaremos con un gran rival, deseamos competir por la copa, pero no queremos dejar de reconocer que hicimos grandes cosas para llegar hasta acá.
-¿Cómo se viven los días previos a un partido tan trascendental? ¿Preferís distenderte o enfocarte de lleno?
-Hasta el martes, estuvimos pendientes de lo que era el juego contra São Paulo. El miércoles fue un día de descanso y de intentar descomprimir, de estar juntos, de pasar un rato agradable como equipo. Pero a partir de la noche del mismo miércoles nos enfocamos en la final. Hay mucho en juego y lo tomamos con la seriedad necesario. A la vez, intentamos que los días sean lo más normales y distendidos posibles para no imponernos más presión de la que ya existe.
San Pablo Burgos, que viene de alcanzar las semifinales en la pasada temporada de la Liga Endesa, se ubica actualmente en la 5° ubicación con marca de 15-6. El domingo 31 de enero tuvo su última presentación, con victoria por 101-87 ante el Manresa de JP Vaulet. En cambio, Quimsa llega de caer 75-72 en suplementario frente al São Paulo por la presente edición de la BCL, pero es el líder de la Liga Nacional con récord de 22-4.
-Si bien están a punto de jugar una final, les tocó jugar domingo y martes por Champions. ¿Sentís que la seguidilla puede condicionarlos físicamente o que sirve para llegar con ritmo y roce internacional?
-Nosotros nunca ponemos excusas. Somos un equipo largo, en el que cada uno juega minutos repartidos. El cansancio no es un factor que pese en una final. Por lo tanto, no creo que eso signifique una carga sino lo contrario, habrá servido para saber lo que debemos mejorar y distinguir más claramente por dónde debe pasar nuestro juego.
-Hace poco Leo Gutiérrez nos hablaba muy bien sobre tu desempeño actual y argumentaba que seguramente estés en el foco de la Selección. ¿Te ves con chances de volver?
-Sería un sueño volver a jugar un partido oficial con la Selección. Es algo que deseo y anhelo, pero también soy consciente de que hay grandes jugadores, que Argentina es subcampeona mundial y cada chico que estuvo ahí merece su lugar. Sé que la chance está latente, y sería un placer y un honor enorme vestir nuevamente la camiseta argentina, ojalá se vuelva realidad.
-¿Cuáles son las principales diferencias entre el Cosolito que jugaba con 24 años una final por el ascenso al TNA con Unión de Santa Fe, a este de 32 que jugará una Final Intercontinental?
-La principal diferencia es la madurez. Antes mis tareas eran simplemente jugar y divertirme. Pero en este caso me toca de alguna manera liderar el equipo, e intentar que mis compañeros lleguen en plenitud a la final. Esa responsabilidad previa al juego es muy diferente a lo que viví tiempo atrás. Pero las ganas, el deseo y la voluntad de seguir creciendo es algo que tuve y voy a seguir teniendo siempre, es algo que me caracteriza y quiero que así sea.
La Copa Intercontinental nació en el 1966 y se disputó hasta 1987, reapareciendo tan sólo en el 1996. La competición volvió a ver la luz en 2013 tras un acuerdo entre FIBA y Euroliga, y a partir de allí se juega cada año ininterrumpidamente. El club más laureado del certamen es el Real Madrid que ostenta 5 títulos, y el único equipo argentino que ha levantado la Copa hasta el momento es Obras, quien venció al Pallacanestro Cantú italiano en 1983. En tan sólo horas, los santiagueños buscarán estampar su nombre en la elite más prestigiosa del mundo FIBA. A Cosolito, como a todo Quimsa, nadie le quita la ilusión.
*Prensa CABB