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La historia detrás del tatuaje de la palomita de Ginóbili

Carlos Martín Mauri es un apasionado por el básquetbol. Desde muy chico lo practicaba. A los 4 años ya había ingresado al club en Río Turbio, en Santa Cruz. “No había mucho por hacer y el básquet nos cobijó. Me marcó mucho.”

Por cuestiones laborales vino a trabajar a Jesús María, donde continuó jugando en Bochas Sport Club de Colonia Caroya.

Su otra pasión es el periodismo, que tuvo comienzos como periodista deportivo haciendo una columna de automovilismo en una radio local.

“Ahí empieza un poco mi pasión por el periodismo, pude estudiar hasta tercer año en el Mariano Moreno, y en el último año por cuestiones laborales dejé. Pero bueno, me dediqué, y en el canal 2 local seguí haciendo un programa deportivo.”

 

Este camino te encuentra con un tatuaje, que me imagino, te ha marcado más el momento, que el tatuaje, ¿no?

“Mirá, yo en una época era anti tatuaje, no quería saber nada, y en un momento comienzo con uno con el rostro de mi papá. Ahora tengo de mis hermanos, de mi mamá, de Alfonsín, de Malvinas, de todo. Y quería hacerme un tatuaje de básquet y me dije: VAMOS CON MANU!!!

Es uno de los deportistas más grande de la Argentina, con todo lo que significa él más allá del básquet. Y en homenaje con él, a la Selección Dorada, qué mejor que la palomita contra Serbia y Montenegro” (Primer partido de los JJOO de Atenas 2004, que culminaría con la medalla dorada).

Con la piel de gallina, reflexiona, “Lo veo cada tanto y no lo puedo creer, me recuerda, qué jugada, qué festejo, qué momento y cómo terminó todo también, con la coronación.”

En el 2016 Carlos Mauri tuvo la oportunidad de estar presente en la antesala del Súper 4, evento que organizó la CABB en Córdoba Capital y que fue previo a los JJOO de Río de Janeiro. En conferencia de prensa estaba Manu, que justamente cumplía años ese día. Carlos se armó de coraje y decidió tomar el micrófono en el SUM del Holiday Inn para comentarle al ídolo argentino lo que había marcado en su piel, más allá que en su corazón.

“Ese día estaba súper nervioso, fui una hora antes, fui entrando, y me ubiqué. Me senté atrás. Tenía una adrenalina, lo venía pensando y en un momento cuando estaba finalizando la conferencia, me paro y con el micrófono dije: No sé si es el momento (y todo el mundo se dio vuelta), y el jefe de prensa me respondió “claramente no es el momento”. Bueno me dirigí con la palabra a Manu y le dije “Este es un homenaje a la Selección Dorada” y se me vinieron todas las cámaras encima.

Termina la conferencia con toda esta movida de gente, y veo que viene el jefe de prensa, que Manu me llamaba. En ese momento estaba Oscar Dertycia como funcionario sacándose una foto, y Manu no le dio ni cinco, quería ver mi tatuaje.

MG: “Nooooo, mirá que bueno que está”

CM: “Firmalo donde quieras”

MG: “No, lo voy a arruinar”

CM: “Es tuyo, hacé lo que quieras”

Textualmente fue el dialogo que tuvimos, me lo firmó a la altura de la mano. Terminó, se fue, y al final terminé dando más nota yo que él.

Me vine a Jesus María, todo el mundo me hablaba por teléfono. Y fui derecho al tatuador para hacerme la firma. Fue un día larguísimo. Pero feliz con el tatuaje hecho y la experiencia que tuve. Inolvidable.”

 

 

 

 

 

Luciano Rodriguez

@5contra5