Eso si, siempre la 7. Ya sea en Peñarol, en el Real Madrid, en la selección Argentina, para los «Nuggets» de Denver o para los «Rojos» de Central Argentino. Aunque usted no lo crea, el astro cordobés fue protagonista de un partido para el equipo riocuartense. Cómo surgió todo?
Año 2013, Central Argentino era dirigido técnicamente por el experimentado entrenador Norberto Yañez. En pleno armado de equipo para afrontar el Torneo Clausura del Asociativo con el «rojo», el «Tola» fue llamado para dirigir a la selección de Villa María, que prontamente se avecinaba a participar del provincial de selecciones. Asi que se organizaron partidos preparatorios entre Central Argentino y la Selección de Villa María, los dos con fines solidarios. Uno a jugarse en el Palacio de los Deportes y otro en el Central Argentino villamariense.
Campazzo ya era el base de la selección Argentina y figura en Peñarol de Mar del Plata. Cuando vino preguntó para quién iba a jugar, lo traje para Central.
Norberto Yañez
Unos de los convocados a esa selección era Alexis Elsener, quien en ese momento estaba de receso de la Liga Nacional, y se encontraba entrenando con Campazzo en Córdoba Capital.
Recuerdo que Alexis me dice: «Estoy entrenando con Facu, y me pregunta si también puede ir a jugar», le dije que «claro, que obviamente lo esperábamos».
En ese momento, Campazzo ya era el base de la selección Argentina y figura en Peñarol de Mar del Plata. Cuando vino preguntó para quién iba a jugar, lo traje para Central, para que fuera bien parejo el partido, y así fue. Lo demás fue anecdótico. Nos aseguraba Norberto Yañez.
Si vos te ponés a ver los perfiles en redes sociales de todos los que formamos parte de ese plantel, yo creo que tenemos todos las dos mismas fotos.
Nicolás Filippetti
Uno de los jóvenes talentos que estaba en ese plantel del «rojo» de calle Las Heras, es Agustín Vignolo, el base surgido de la cantera, también rememorizó el momento inolvidable de compartir cancha con Facu:
«Recuerdo que llegó Campazzo, saludó a todos, al de la entrada, al de la cantina, se abrazaba con conocidos. Me acuerdo que se acerca al lugar donde estábamos nosotros y dice: «yo voy a jugar para ustedes», nosotros no entendíamos nada, no lo podíamos creer.
Fuimos al vestuario, nos saludo uno por uno a todos como si nos conociera de toda la vida. Obviamente nadie se animo a levantar la camiseta 7, que la usaba yo. Cuando preguntó qué camiseta podía usar, nadie puso en discusión que él iba a usarla.
Arrancó la entrada en calor, y creo que todos los que estábamos ahí, no lo podíamos creer, no podíamos dejar de mirarlo, tanto nosotros como los espectadores. Un fenómeno, con simpatía, chiste va, chiste viene. Inició el partido y a nosotros nos sorprendió la velocidad de sus pases, ya se notaba que jugaba a otro nivel.
Recuerdo que Villa María siempre estuvo arriba en el marcador y Facu pisaba un poquito el pedal y ya estábamos en partido de nuevo.
Después del partido, comimos un asado y ahí pudimos conocer a un tipo más que humilde y sencillo. Hablaba tanto con los más conocidos, como también con los pibes, nunca hizo diferencia con nadie. Un flor de tipo.»
Otro que fue parte del plantel de Central Argentino en ese momento fue Nicolás Filippetti, que nos comenta su sensación personal en el instante en que se enteraron de la presencia de Campazzo en el encuentro, y nos comparte la anécdota del final del partido.
«Fue algo muy loco. Cuando nos contaron parecía una joda. Cuando nos saludó a todos, y se puso la camiseta, ahí como que recién caímos. Facundo ya era campeón con Peñarol, era base de la selección Argentina, y se puso nuestra camiseta. Fue muy loco.
Si bien era un partido con clima benéfico, fue un partido muy cerrado, e intenso por momentos.
La anécdota que queda, es que era la última pelota del partido, faltaban unos segundos y perdíamos por 3 puntos. Él la tira, erra y termina el partido, y a pesar de ser un amistoso, vuelve al banco y nos pide disculpas a cada uno por haber tomado el último tiro y haberla errado. Y nosotros, que no nos importaba si ganábamos o perdíamos, estábamos en otro mundo por haber compartido la cancha con él.
Lo que rescato es su humildad y su empuje, no nos conocía a ninguno y nos hablaba como un compañero de siempre. Nos comentaba y compartíamos estrategias de juego de él. Cosas que quería hacer en la cancha las compartía con nosotros.
Realmente fue una anécdota que nos va a quedar para siempre. Si vos te ponés a ver los perfiles en redes sociales de todos los que formamos parte de ese plantel, yo creo que tenemos todos las dos mismas fotos, la del equipo y la mano a mano con Facu.»
Luciano Rodriguez